EMILIO AFFAIRE
Los Trabajos y las Noches
El doctor tomó asiento frente a mí y comenzó a leer una declaración escrita en un expediente médico. Sus palabras resonaron en la habitación, llevándome de regreso a un tiempo que creí olvidado.
«Emilio Affaire, ingresado en este hospital psiquiátrico desde 1993 hasta 2023, ha manifestado una serie de creencias y experiencias que, según su testimonio, lo llevaron a creer que fue abducido por alienígenas en Valencia en el año 93 y que regresó a Logroño en el año 2021. Aunque Emilio sostiene firmemente su versión de los hechos, todos los estudios y evaluaciones clínicas indican que sus afirmaciones son el resultado de un trastorno psicótico, probablemente desencadenado por el estrés y la presión de su carrera como DJ en la época de la ruta del bacalao.»
Mientras escuchaba esas palabras, una angustiosa mezcla de emociones invadió mi ser. Durante todos esos años, creí firmemente en mi historia, en la abducción y en mi regreso al mundo real después de un encuentro con seres de otro planeta. Pero ahora, confrontado por la cruda verdad de los hechos, me doy cuenta de que mi mente me jugó una mala pasada.
En mis días en la ruta del bacalao, los bares rebosaban de energía y emoción. La música y el humo se mezclaban en una sinfonía de sentimientos y experiencias compartidas. Fue en ese ambiente donde mis pensamientos y percepciones se distorsionaron, donde mi mente se perdió en una realidad paralela que solo yo podía ver.
La gente venía a mis sesiones en busca de algo diferente, de un sonido único que los transportara más allá de lo conocido. El mundo ha cambiado. El público anhela lo comercial, lo que ya conocen, y se aferra a las canciones de moda que inundan las listas de reproducción. La originalidad y la exploración se han desvanecido, y me encuentro perdido en este nuevo panorama musical.
Recuerdo cómo solía preocuparme por cada detalle de mis mezclas, por la pulcritud y la precisión en cada transición. Con las manos en el mixer, los ojos fijos en la pista de baile y una maleta rebosante de discos a mi espalda. Pero ahora, la música parece haber perdido su lugar central. La mayoría de los DJ’s se han convertido en meros animadores, enfocados en el espectáculo y las acrobacias en lugar de en la esencia misma de la música. Es doloroso ver cómo la precisión en el arte de mezclar ha sido reemplazada por golpes de palmas y tartas voladoras.
Lo más triste es el cambio en la actitud de los clubbers. La música nos unía, nos hacía vibrar como una sola entidad en la pista de baile. No queríamos salir en las fotos, lo importante era la experiencia compartida. Ahora todo se trata de imagen, de ser reconocidos y validados por los demás en las redes sociales.
Tras todos estos años de tratamiento y terapia, finalmente puedo aceptar la verdad. Fui ingresado en este hospital psiquiátrico, alejado de la realidad que creía haber experimentado. Acepto que mis recuerdos de abducción y regreso fueron producto de un trastorno psicótico, una creación de mi propia mente desequilibrada.
Pero aunque mi historia haya sido desacreditada, no puedo negar el profundo amor que siento por la música electrónica. A pesar de los cambios en la industria y en la mentalidad de las personas, mi pasión por la autenticidad perdura. Me comprometo a mantener viva la esencia de la ruta del bacalao, a recordar a todos que la música puede ser un camino hacia la conexión humana, una forma de expresión pura y auténtica.
Durante mi estadía en este hospital, hubo una persona que me brindó apoyo incondicional: Fernando, el camarero del Pub Bogart. Fue él quien me encontró en aquel estado de confusión y me llevó a buscar ayuda. Su amistad y dedicación han sido un faro de esperanza en mis días más oscuros.
Ahora, mientras el doctor concluye su lectura, miro a mi alrededor. Sigo aquí, en este hospital psiquiátrico, donde he pasado gran parte de mi vida. Pero ya no me siento prisionero de mis delirios pasados. Ahora puedo abrazar mi pasado y seguir adelante, compartiendo mi música con aquellos que aún buscan la autenticidad en un mundo que parece haberla olvidado.
En la oscuridad de la habitación, cierro los ojos y escucho el eco de los beats en mi mente. Aunque mi camino ha sido tortuoso, sigo creyendo en el poder transformador de la música. Y mientras la música siga vibrando en mi ser, siempre habrá una esperanza de redención, una posibilidad de encontrar mi lugar en este mundo cambiante.
El doctor cierra el expediente médico y se levanta de su asiento. «Emilio, hemos recorrido un largo camino juntos», dice con una voz cálida y comprensiva. «Puede que tu historia no sea real, pero tu pasión y tu dedicación a la música son innegables. No olvides eso».
Asiento con la cabeza, agradecido por sus palabras. Aunque mi pasado esté lleno de sombras, ahora tengo la oportunidad de escribir un nuevo capítulo en mi vida.
Y así, mientras el doctor se aleja, me sumerjo en la música una vez más. Aunque mi historia haya sido cuestionada y desacreditada, en cada beat encuentro una nueva oportunidad para reinventarme y volver a la esencia misma de la música electrónica.
La nave espacial en la que creía haber sido abducido tenía un nombre: Espíritu Sagrado. Ahora, reconozco que fue solo una ilusión creada por mi mente trastornada. Pero, de alguna manera, el Espíritu Sagrado ha tomado un nuevo significado para mí. Es el símbolo de mi lucha, mi búsqueda de la verdad y la sanación. Es un recordatorio de que, aunque mi realidad haya sido distorsionada, mi amor por la música sigue siendo puro y sagrado.
Y así, con el Espíritu Sagrado en mi corazón y la amistad de Fernando como guía, sigo adelante. Puedo aceptar que mi viaje no fue hacia las estrellas, sino hacia las profundidades de mi propia mente. Pero esa experiencia no ha sido en vano. Ha sido mi camino hacia la aceptación, la comprensión y la fortaleza interior.
Mientras cierro el expediente médico en mi mente, sé que mi historia ha tomado un nuevo giro. No soy el DJ abducido por alienígenas, pero soy el DJ que encuentra su voz en la música, que busca la autenticidad en un mundo cambiante. Y mientras haya alguien dispuesto a escuchar, seguiré mezclando melodías que evocan la verdadera esencia de la ruta del bacalao.
Que mi música sea un tributo a aquellos tiempos pasados, a la pasión desenfrenada por lo desconocido, a la pulcritud en las mezclas y a la verdadera conexión humana en la pista de baile. Que mi música sea un recordatorio de que la imagen no es lo único que importa, sino la experiencia compartida, la emoción genuina y la búsqueda de la autenticidad perdida.
Con el Espíritu Sagrado como testigo y Fernando en mi corazón, continúo mi camino como Emilio Affaire, el DJ que encontró la redención a través de su pasión por la música. La nave puede haber sido una ilusión, pero mi amor por la música es real, y seguirá guiando mi camino mientras persigo la autenticidad en un mundo que parece haberla olvidado.
Texto para el libro conmemorativo de la segunda edición del
festival de cine y procesos artísticos «Los Trabajos y las Noches».



